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Los avances tecnológicos han posibilitado un gran desarrollo del sector de la salud en la última década. Sin embargo, la aplicación de la tecnología médica no sería posible sin los Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAIs), ya que permiten su funcionamiento de forma continua, incluso, cuando se produce un apagón eléctrico.

Los cortes eléctricos y las alteraciones en la tensión son frecuentes, durante los que los dispositivos dejan de funcionar. Esto supone un peligro para los pacientes de hospitales y centros sanitarios, por lo que los SAIs son imprescindibles para hospitales y empresas desde hace años .

El SAI en los hospitales

Las fallos del suministro eléctrico en hospitales tienen solución inmediata en los sistemas de reserva de energía. Sin embargo, desde que se produce el fallo hasta que los generadores de energía lo solucionan pasan unos segundos vitales que pueden acarrear graves problemas.

Además de garantizar el uso ininterrumpido de la tecnología sanitaria, el SAI es útil a la hora de garantizar la seguridad de los datos. Mantiene en funcionamiento los dispositivos conectados en el lapsus de tiempo durante el que se ponen en marcha los generadores de energía.

Este tiempo extra  se ha convertido en un gran beneficio para los centros sanitarios que carecen de generadores de energía. En estos casos, el SAI es la solución perfecta para ejecutar los programas y cerrar los servidores de forma segura.

Desde ordenadores hasta resonancias magnéticas

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Los hospitales utilizan SAIs para tener electricidad siempre.

La tecnología empleada en el ámbito sanitario es variada, desde ordenadores al uso para gestionar datos y citas hasta ventiladores y resonancias magnéticas. Además, los centros de salud requieren de energía fiable para operar numerosos dispositivos críticos como tomografía (CT), escáneres computarizados, radiología, analizadores de gases o ultrasonidos. Todos ellos  necesitan electricidad de forma constante para funcionar.

Una interrupción en el suministro eléctrico de un hospital, aunque sea por unos pocos segundos, puede interrumpir miles de operaciones interdependientes. A esto se suman las posibles averías en dichos aparatos y cuya reparación es muy costosa. También los daños en el hardware y la pérdida de datos.

Por consiguiente, los centros sanitarios no pueden confiar en los generadores de luz al cien por cien como plan B. Así que muchos cuentan con los SAIs de alto rendimiento como plan C con el fin de garantizar la atención médica de calidad a sus pacientes.

La necesidad de un SAI en el sector sanitario

Los sistemas de protección de energía en las instalaciones médicas tienen estándares más altos que los de uso comercial o industrial. Los Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAIs) están diseñados para asegurar la protección de los sistemas mediante el mantenimiento de un flujo constante de energía, incluso, en circunstancias extremas.

De acuerdo con un estudio de Public Library Of Science, los cortes eléctricos en los hospitales pueden impactar en niveles diferentes, desde la dificultad para atender pacientes hasta al mantenimiento de los recursos. Normalmente está relacionado con fenómenos metereológicos, como nieve, lluvia, tormentas o tornados.

Un SAI en el sector sanitario evita averías y pérdida de datos, así como las reclamaciones de negligencia y homicidio culposo que podrían derivar en demandas ante un fallo en la red eléctrica.

La dependencia de hospitales, clínicas y centros médicos a la electricidad para operar con normalidad, hace del SAI una necesidad. Así, salvaguarda una corriente eléctrica limpia sin sobretensiones, caídas de tensión, insuficiencia potencia total y las diferencias de frecuencia.

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